Divulgación de afiliados: como asociado de Amazon, podemos ganar comisiones por compras calificadas en Amazon.com

Inversión maestra: cómo poner los pies detrás de la cabeza cuando estás acostado

Si buscas lograr la impresionante hazaña de poner los pies detrás de la cabeza cuando estás acostado, la preparación y la técnica adecuadas son clave. Comience preparando su cuerpo para la inversión, lo que incluye flexionar y estirar las caderas y aflojar los músculos inferiores de la espalda tensos. Luego, aprenda cómo acostarse y preparar sus pies para el movimiento, incluyendo asegurar una alineación adecuada y envolver sus pies para brindar apoyo.

Preparando su cuerpo para la inversión

Cuando se trata de terapia de inversión, la preparación es clave para garantizar una experiencia segura y eficaz. Antes de comenzar, es fundamental preparar tu cuerpo para el proceso de inversión. En esta sección, nos centraremos en áreas clave que debes flexionar, estirar y aflojar para prepararte para la magia de la inversión.

Flexionar y estirar las caderas

Tus caderas juegan un papel crucial en la inversión, ya que deben ser lo suficientemente flexibles para permitir que tu cuerpo gire y se estabilice. Imagine sus caderas como las ruedas de un automóvil: si están rígidas, ¡todo el viaje puede volverse lleno de baches! Comience recostándose boca arriba con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el suelo. Levanta lentamente las rodillas hacia el pecho, manteniendo los pies flexionados, y mantén la posición durante 30 segundos. Luego, intenta llevar una rodilla hacia tu pecho mientras mantienes el otro pie apoyado en el suelo. Cambia de lado y repite. También puedes intentar pararte con los pies separados a la altura de los hombros y levantar una pierna hacia un lado, manteniendo la rodilla recta. Mantenga durante 30 segundos y cambie de lado. Estos ejercicios ayudarán a aflojar los flexores de la cadera y aumentar el rango de movimiento, lo que facilitará la adopción y el mantenimiento de la posición de inversión.

Aflojamiento de los músculos tensos de la parte inferior de la espalda

Los músculos tensos de la parte baja de la espalda pueden ser un obstáculo importante a superar en la terapia de inversión. Piense en su espalda baja como una banda de goma apretada: si es demasiado rígida, puede volver a su forma original, ¡lo que dificulta mantener la posición deseada! Para aflojar estos músculos, pruebe los siguientes ejercicios. Primero, párate con los pies separados a la altura de los hombros y entrelaza los dedos detrás de la espalda. Inclínate hacia adelante, estirando el pecho y los hombros, y mantén la posición durante 30 segundos. A continuación, intenta llevar una rodilla hacia el pecho mientras mantienes el pie flexionado. Mantenga durante 30 segundos y cambie de lado. También puedes intentar colocar las manos en una pared o en el marco de una puerta e inclinarte hacia adelante, estirando toda la espalda. Estos ejercicios ayudarán a aflojar los músculos de la espalda baja, lo que facilitará la participación del core y mantendrá la alineación adecuada durante la inversión.


Acostarse y preparar los pies

Para empezar con la inversión, es fundamental preparar el cuerpo recostándose en una posición cómoda. Ésta es la base de una inversión exitosa. Entonces, ¿qué se necesita para hacerlo bien?

Garantizar una alineación adecuada

Cuando esté acostado, asegúrese de que su cuerpo esté alineado correctamente. Imagínate una línea recta que corre desde la parte posterior de tu cabeza hasta los talones. Esta línea debe ser tu guía mientras posicionas tu cuerpo. Mantenga la cabeza en una posición neutral, con las orejas alineadas con los hombros. Tus hombros deben estar relajados y hacia abajo, evitando encorvarse o encorvarse.

Envolver sus pies para brindar apoyo

Ahora que estás alineado, es hora de envolver tus pies. Puedes utilizar una correa o una toalla para sujetar tus pies y tobillos. El objetivo es sentirse cómodo y seguro, como si estuviera envuelto en un cálido abrazo. Afloje la correa o gire la toalla para encontrar la cantidad perfecta de presión. Recuerde, el apoyo debe ser suave, no restrictivo. No estás tratando de inmovilizar tus pies, sino de brindar una sensación de estabilidad.


Iniciando el Movimiento

Después de haber preparado su cuerpo para la inversión y estar listo para recostarse cómodamente, es hora de iniciar el movimiento. Esta es la parte más crucial del proceso, ya que marca la pauta para toda la experiencia. Entonces, ¿cómo empezar?

Involucrando su núcleo y pelvis

Para iniciar el movimiento, debes involucrar el core y la pelvis. Piénselo así: su núcleo es el ancla que mantiene estable todo su cuerpo y su pelvis es el punto de pivote que lo ayuda a levantar y deslizar los pies hacia arriba. Al involucrar tu core y tu pelvis, podrás generar la tensión y el control necesarios para ejecutar el movimiento sin problemas.

Para activar su núcleo, imagine tirar del ombligo hacia la columna. Esto ayudará a estabilizar la parte baja de la espalda y creará una sensación de elevación en todo el cuerpo. Mientras ejercita su núcleo, intente concentrarse en activar los músculos del abdomen, la zona lumbar y la pelvis. También puedes visualizar una pequeña bola apretada formándose en la parte inferior de tu abdomen, lo que ayudará a crear una sensación de apoyo interno.

Usar el impulso para deslizar los pies

Con el core y la pelvis ocupados, es hora de aprovechar el impulso para deslizar los pies hacia arriba. Imagínese subiendo una colina suave, donde el impulso aumenta con cada ligera pendiente. Mientras deslizas los pies, concéntrate en mantener el cuerpo relajado y dejar que el impulso haga el trabajo por ti. Evite forzar o esforzarse, ya que esto puede hacer que pierda el control y potencialmente comprometer su seguridad.

Mientras deslizas los pies, presta atención a la sensación de que tu cuerpo se levanta y se alarga. Imagine un suave estiramiento o relajación de sus músculos, especialmente en la zona lumbar y las caderas. Al utilizar el impulso para deslizar los pies, podrá experimentar toda la gama de movimientos sin sentir tensión ni molestias. Y, cuando llegues a la cima del movimiento, tómate un momento para respirar profundamente y relajarte, permitiendo que tu cuerpo absorba completamente los beneficios del ejercicio.


Mantener la posición

Ajustar sus pies para mayor comodidad

A medida que te adaptas a la postura de inversión, es esencial asegurarte de que tus pies estén cómodos y seguros. Recuerde, mantendrá esta posición por un tiempo, por lo que es fundamental hacerlo bien. Comience ajustando sus pies para encontrar un punto óptimo que se sienta relajado y apoyado. Es posible que tengas que mover un poco los dedos de los pies para alinear todo. Piense en ello como si encontrara la almohada perfecta para su cabeza: quiere sentirse acunado y seguro.

Si sus pies siguen resbalándose o se sienten inestables, tómese un momento para volver a envolverlos o ajustar las correas para brindar un mejor soporte. Es mejor tomarse unos segundos más para hacerlo bien que arriesgarse a ajustar la posición a mitad de la inversión, lo que puede alterar el equilibrio y provocar potencialmente molestias.

Involucrar los músculos del hombro para lograr estabilidad

Ahora que sus pies están cómodos, es hora de concentrarse en activar los músculos de los hombros para sostener todo el cuerpo. Mientras llevas los hombros hacia abajo y hacia atrás, imagina que estás hinchando una almohada para brindar estabilidad adicional. Esto ayudará a mantener el cuerpo en línea recta desde la cabeza hasta los talones, lo cual es esencial para mantener una alineación adecuada.

Para activar los músculos de los hombros, intente juntar los omóplatos mientras inhala. Suelte al exhalar y repita el proceso varias veces. Mientras hace esto, sienta cómo los músculos de la espalda y los hombros se relajan y se alargan. Este movimiento sutil puede marcar una gran diferencia a la hora de mantener la estabilidad y la comodidad de la postura invertida.

Deja un comentario